Comentario
Una de las manifestaciones más sorprendentes de los broncistas italianos son sus grandes puertas para los templos. En este tipo de producción nos vamos a encontrar con obras bizantinas, como las puertas de San Pablo de Roma, otras realizadas por maestros locales muy influenciados por el arte bizantino, como las de Oderisius de Benevento y, por último, las que responden a una plástica románica, como las de San Zenón de Verona y las realizadas en Pisa y Monreale por el maestro Bonanus.
En las puertas de San Zenón de Verona apreciamos dos etapas diferentes. La primera corresponde a los relieves de una puerta anterior, de hacia 1100, que serán reaprovechados en una nueva puerta, a finales del XII.
Los relieves de la primera fase siguen las formas de las célebres puertas de Hildesheim, con sus figuras acusándose en altorrelieve sobre los fondos. La concepción plástica de estas imágenes coincide con el espíritu innovador que aparecen en los relieves de Wiligelmo. El segundo taller dota a sus figuras de un sentido nervioso, con una tendencia a un movimiento acompasado, como si se tratase de pasos de danza.
Los talleres de esmaltadores italianos presentan una producción absolutamente influida por el arte bizantino. Una buena ilustración de este arte durante el siglo XI es la cruz de Velletri, realizada en un taller de la Italia septentrional. Los talleres meridionales seguirán manteniendo esta caracterización bizantina todavía en su producción de fines del siglo XII. Estos esmaltes bizantinos tuvieron una amplia difusión comercial por todo el centro de Europa.
La producción de bellísimos marfiles, llevada a cabo en Milán hacia el año 1000, sufrirá una radical transformación en su calidad a partir de 1100. Son obras de un arte muy sumario, de relieve plano, carentes de interés artístico. Será en la Italia meridional donde se instalen ahora los mejores talleres. El "Palliotto" de Salerno, con su amplísimo repertorio de escenas, es la obra cumbre, cuyo arte creará escuela en las tierras de Campania. Las placas del Palliotto, esculpidas en el mismo Salerno o Amalfi, han sido realizadas con un estilo que asume las formas bizantinas, simplificándolas: siluetas esquematizadas y aplastadas se adecuan a composiciones en las que existe un excesivo uso de los elementos arquitectónicos.